Un equipo de arqueólogos ha llevado a cabo un descubrimiento en la Cueva de los Murciélagos de Albuñol. El hallazgo ha desafiado las fechas establecidas y ha revelado la presencia de cestería prehistórica más antigua de lo que se creía en el sur de Europa.
Este conjunto de objetos de cestería, compuesto por 76 piezas hechas de materiales orgánicos como madera, caña y esparto, formaba parte de los ajuares funerarios descubiertos en la cueva durante actividades mineras en la década de 1860. Si bien en el pasado se catalogaron como neolíticos, un nuevo estudio ha demostrado que algunos de estos objetos son aún más antiguos, datando del Mesolítico, hace unos 9.500 años.
El hallazgo, publicado en la revista Science Advances, ha sacado a la luz la complejidad de estas antiguas obras de cestería, que habrían sido creadas por sociedades de cazadores-recolectores. Este descubrimiento contradice la creencia previa de que las comunidades agrícolas del Neolítico fueron las primeras en desarrollar estas habilidades.
Entre las piezas destacadas se encuentran tres cestillos de esparto del Mesolítico, que datan de hace 9.500 años, y otros objetos del Neolítico Antiguo y Medio, que se remontan a entre 7.200 y 5.600 años antes del presente. Este nuevo análisis también ha revelado un vacío de objetos entre estas dos fechas, lo que plantea interrogantes sobre la evolución tecnológica y cultural de la región.
Estos artefactos, que actualmente se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional (MAN) de Madrid y en el Museo Arqueológico y Etnográfico de Granada, ofrecen una visión fascinante de las habilidades y la creatividad de las antiguas sociedades, y su influencia en la historia de la cestería en la península ibérica.
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