La comunidad religiosa y militar lamenta la pérdida del sacerdote diocesano D. Francisco Martínez Fernández, cuya trayectoria dejó una profunda huella en distintos lugares de servicio a lo largo de su vida. Nacido en Nechite-Válor el 24 de enero de 1930, este destacado sacerdote recibió la ordenación sacerdotal en Granada el 3 de junio de 1956, marcando así el inicio de su compromiso con la fe y el servicio a la comunidad.
Una parte significativa de su carrera transcurrió en el arzobispado castrense, donde desempeñó un papel fundamental. Durante su tiempo en el Ejército de Tierra, especialmente en la Unidad Militar de Sanidad desde 1980, contribuyó con su labor pastoral y espiritual al bienestar de los militares y sus familias. Además, ocupó el cargo de capellán en el Hospital Militar de Granada entre 1986 y 1991, tras haber servido previamente como capellán en el entonces llamado Hospital Militar del Generalísimo en la capital de España, en 1967. También se desempeñó como Jefe de Tenencia Vicaría Castrense en Tenerife en 1963. Su dedicación al Cuerpo Eclesiástico del Ejército de Tierra comenzó en 1962, con el rango de teniente capellán.
En la Archidiócesis de Granada, D. Francisco Martínez Fernández también dejó su impronta como servidor de la fe y la comunidad. Al poco tiempo de su ordenación, en el año 1956, asumió responsabilidades pastorales en la parroquia de la Encarnación en Almuñécar, donde desempeñó el cargo de Vicario Cooperador. Al año siguiente, se convirtió en ecónomo de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario en Polopos, mientras simultáneamente asumía la dirección de la parroquia de San Roque en Alfornón hasta 1960. En este período, también ejerció como ecónomo de la parroquia de San Francisco de Asís en Escóznar durante tres años.
La partida de D. Francisco Martínez Fernández deja un vacío en la comunidad religiosa y militar, pero su legado de servicio, fe y dedicación perdurará en la memoria de aquellos a quienes tocó con su ministerio y su compromiso con la causa de la fe y la comunidad. Su funeral, que tuvo lugar el lunes 30 de octubre en la parroquia Virgen de Gracia, fue un momento de despedida y gratitud por su vida y su servicio.
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